Saturday, May 12, 2007

Bib Azahar 11

Los maizales

Volver a sonreír cuando las torpes
manillas del reloj se descompensan
y atrasan a sabiendas la llegada
de la siembra que estamos esperando.

Soltar la riendas del cabestro inútil
en la imaginación de los perdidos
silencios que tan sólo llora Ceres
y no llegan ni a herir el pie del cáñamo.

Volar sin red, para que la caída
no tenga más remedio que amarrarse
a los brazos de piel que se desprenden
como confetis de la vid añosa.

Volver, soltar, volar y no allanarse
porque la luz del alba se haga fértil
y esparza su semilla entre la hierba
y se llenen de vida los maizales.

*